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Encierros de Oropesa del Mar (Castellón). Unas fiestas con estilo propio.

Encierros de Oropesa del Mar (Castellón). Unas fiestas con estilo propio.

Las fiestas en honor a los dos Patrones de esta localidad costera, San Jaime, en el mes de julio, y Nuestra Señora de la Paciencia, en octubre, son el escenario en que se celebran estos encierros castellonenses, declarados Fiesta de Interés Turístico Provincial de la Comunidad Valenciana tras una resolución del 11 de junio de 2013. 

Según la Generalitat se consagraba “la puesta en valor de una manifestación cultural profundamente arraigada en la localidad de Oropesa del Mar, de gran atractivo desde el punto de vista turístico« y una «singular y tradicional forma de vivir la fiesta, que contribuye a la consolidación turística de este municipio baluarte de la oferta turística en la provincia castellonense». 

Novedades

Los encierros arrancan a principios del siglo XX en el Ravalet (bous al Ravalet), dentro del casco antiguo del municipio. Aunque el espíritu de aquellos primeros festejos permanece, con los años esta fiesta se ha visto enriquecida por la incorporación de los encierros infantiles y de los toros embolados, a partir de 2007, en el contexto de un encierro nocturno. 

El éxito de aquella primera experiencia en 2007 fue el origen del actual encierro de toros embolados en la programación de las fiestas de julio, en la que también destacan las exhibiciones en la plaza de toros. Todo ello, además de los dos encierros que se organizan a diario: el primero de ellos, a las ocho de la mañana, y el siguiente, a la una de la tarde.

A esto hay que añadir, igualmente, los cambios que se han producido en el lugar escogido para que se desarrollen los encierros. En nuestros días las reses se desplazan por un recorrido delimitado por barreras de más de un kilómetro de longitud, que se extiende en los aledaños de la plaza de toros, desde la calle San Jaime hasta el mismo coso. De esta forma, los cientos de vecinos y veraneantes pueden presenciar los encierros protegidos por la valla. En 2021 se concluyeron las obras para mejorar la seguridad y accesibilidad de los aficionados con la instalación de un vallado con barrotes de hierro y puertas de entrada y salida. 

El estilo oropesino

Una nota distintiva de estos encierros es la conocida como “el estilo oropesino”, que consiste en la colocación de una lona, toldo o tela por los aficionados locales en un punto del recorrido, tras la salida de los corrales de los toros, vacas y cabestros, con la finalidad de que las reses frenen en seco y cambien de sentido. Una particularidad y toda una tradición, que es aplaudida siempre con entusiasmo por los presentes.  

Una vez celebrado el encierro, se suelta una vaquilla en el coso para que los aficionados más valientes demuestren sus habilidades frente al astado, por medio de recortes o salidas airosas siguiendo la costumbre levantina.