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Fiesta de la Vaquilla de Pedrezuela (Madrid). ‘Los gurramaches’

Fiesta de la Vaquilla de Pedrezuela (Madrid). ‘Los gurramaches’

También conocida como Fiesta de los Quintos o ‘los gurramaches’, se celebra cada 20 de enero en el día de San Sebastián dentro de sus celebraciones de invierno. Se trata de una de las costumbres más pintorescas y arraigadas de cuantas se celebran en España. En 2011 fue Declarada Fiesta de Interés Turístico Regional por la Comunidad de Madrid, reconociendo así una tradición de origen pagano que podría remontarse al Paleolítico (con figuras de hombres disfrazados de toros), aunque los primeros documentos que dan fe de ella pertenecen al siglo XVII. 

En épocas pretéritas el gusto por los rituales, y el origen laico de estas fiestas, se refleja en las dos pruebas que tenían que superar los jóvenes: por un lado, ahuyentar a los malos espíritus de la noche de todos los Santos con el ruido de grandes cencerros que cargaban en sus espaldas y, por otro, asegurar la fertilidad de la tierra y del ganado para que dieran buenos productos, utilizando la sangre de un toro sacrificado. 

Los gurramaches

Esta fiesta se celebra en la jornada vespertina, que da comienzo a las cinco de la tarde con la salida de la vaquilla o el toro acompañado por dos vaqueros y los ‘curramaches’ o ‘guarramaches’. Lo harán en dos filas, encabezadas por cada uno de los vaqueros y la vaquilla en el centro del grupo. La simbología y el ruido ancestral de los cencerros parecen tomar vida de nuevo en el recorrido, que finaliza en la plaza de la Constitución con la simulación de la muerte del astado. 

La gran protagonista de la tarde, ‘la vaquilla’, se adorna en su armazón con mantones de manila, colchas, encajes y todo tipo de colgaduras, al gusto de los familiares y amigos de los quintos. Son los encargados de preparar a la vaquilla para su particular “encierro” por las calles del pueblo. Para tan señalada ocasión, los vaqueros lucen traje corto y una honda en la mano que no paran de restallar, mientras que los gurramaches visten pantalón florido, dos mantones de manila cruzados en pico sobre el cuerpo, cencerros colgados a la cintura y una vara de fresno con lazo rojo en su punta.  

Pan de anís

Como marca la tradición, a las siete tiene lugar la entrega del pan de anís bendecido a todos los vecinos en la Escuela de las Artes. El fin de fiestas tendrá lugar en la Plaza del Cristo, donde el buen vino, la música y el baile pondrán el mejor sabor y el mejor epílogo a esta costumbre tan entrañable. 

Exposición

Hasta el pasado mes de febrero estuvo abierta, en el Centro Cultural de Pedrezuela, una exposición de fotografías, organizada por el área de Turismo del Ayuntamiento. A través de los documentos gráficos del Archivo municipal y de las imágenes cedidas para la ocasión por los vecinos de la localidad se pudo hacer un recorrido por esta fiesta a través de muy distintas etapas de su historia.