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Toros de ronda de Cariñena

Toros de ronda de Cariñena

El toro con dos bolos de fuego y el engamellado al estilo Cariñena son las marcas distintivas de estas fiestas, que se celebran cada año del 13 al 18 de septiembre, con motivo de sus fiestas patronales en honor al Santo Cristo de Santiago.
Se trata de una tradición con más de tres siglos de historia, que obtuvo su reconocimiento como Fiesta de Interés Turístico de Aragón el 25 de agosto de 2014 gracias a su estilo propio, su celebración periódica y la incidencia de esta tradición a nivel nacional.
Esta declaración institucional llevó aparejada dos años después el nacimiento de la Asociación de Amigos del Toro de Ronda gracias a la iniciativa del equipo de engamelladores de Cariñena. El objetivo era programar un buen número de actividades formativas para defender y divulgar esta tradición, regularla, transmitirla a las nuevas generaciones y unirse a municipios con celebraciones similares para defender mejor los intereses comunes. Ejemplo del respeto por todo lo heredado fue la recuperación del aspecto original de la Fuente del Torico de 1954, que impulsó esta asociación. Gracias a esta iniciativa el torico que corona la fuente luce de nuevo la gamella.

Referencias

La primera referencia documentada del toro embolado data del 28 de abril de 1677, con ocasión de la visita a Cariñena del rey Carlos II. En su honor se celebra este festejo a los pies de la casa consistorial, donde se encontraba hospedado. Desde allí el entonces príncipe contempla el espectáculo que se desarrolla en el improvisado coso en que se convertía la actual plaza de España. Otra prueba importante de la existencia de esta fiesta la encontramos en la documentación gráfica de 1888.
En la actualidad el Toro de Ronda se celebra por la noche los días de fiesta y alterna el lugar de celebración en dos espacios bien distintos: la calle Mayor y la Plaza de toros, donde se sueltan tres toros. Se trata de uno de los festejos más esperados por los cariñenenses en los que se suma la imponente presencia del toro y la espectacularidad de los bolos de fuego que luce.
Una operación especialmente delicada es la que tiene lugar justo antes de la suelta del toro, ya que el equipo de engamelladores debe colocar al toro la gamella, elaborada artesanalmente. Para ello se inmoviliza al astado y se le ata con una cuerda. El yugo de madera, colocado al principio del cuello del animal, posee dos varillas rematadas por bolos, ovillos o antorchas de estopa de cáñamo, que se prenderán posteriormente.

El Estilo Cariñena

Se trata de toda una tradición que se transmite de padres a hijos y debe realizarse en muy pocos minutos para que el toro no sufra, ya que el astado mantiene cierta movilidad pese a estar atado al pilón. Hasta allí lo ha conducido una cuadrilla de quince emboladores tras sacarlo del toril o del camión. Para llevar a cabo su labor se sujeta el toro a dos tableros y posteriormente se coloca la gamella a base de lazadas, cruces y nudos. Una vez colocada, viene el momento más comprometido, ya que toca resguardarse rápidamente del toro tras retirar los tablones y cortarle la soga que lo inmovilizaba.
Como nota curiosa destacar que el arraigo de esta tradición es tal que su presencia también se ha dejado notar en marcas de vino, que se llaman Toro de Fuego o Toro de Ronda.