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Encierros de Brihuega (Guadalajara).  Una esencia que dura siglos.

Encierros de Brihuega (Guadalajara).  Una esencia que dura siglos.

Cada 16 y 17 de agosto esta localidad manchega se engalana para celebrar sus fiestas patronales en honor a la Virgen de la Peña, donde los encierros y la programación de un festejo mayor ocupan un lugar destacado. Esto se debe a una riquísima tradición en torno al toro que se remonta a mediados del siglo XVI. Ya en 1530 el Ayuntamiento multó a la cofradía de la Virgen del Remedio por correr un toro en su día aunque también hay constancia en 1564 de esta tradición. Un libro de cuentas del Ayuntamiento de esos primeros años da fe del dinero entregado a un carpintero por el trabajo realizado con ocasión de los encierros. Un siglo después, en 1710, tuvo lugar un festejo y un encierro con ocasión de la victoria de Felipe V en el asalto de Brihuega, en la batalla de Villaviciosa durante la guerra de Sucesión. Otro año significativo es el de 1730 al producirse el hundimiento del Ayuntamiento mientras se celebraba un festejo taurino.

La fuerza de estos encierros se ha mantenido inalterable a pesar de las prohibiciones y la ausencia de una plaza de toros hasta el 12 de junio de 1965 (fecha de inauguración de ‘La Muralla’). En sus orígenes y en la actualidad la contemplación de los toros corriendo por el campo se ha convertido en todo un espectáculo que congrega a una multitud de vecinos y foráneos. Hasta la existencia de la plaza actual las reses se trasladaban a pie desde su ganadería, desde Checa o Fuentes de la Alcarria.

‘Parapachumba’

El primero de los encierros se celebra el 16 de agosto, desde la Plaza de toros de La Muralla, cuando los toros y los corredores emprenden la carrera por las calles de Brihuega una vez lanzados los tres cohetes tradicionales. Son las seis y media de la tarde. Poco antes, los mozos se han dado cita en el Parque de María Cristina para desplazarse al coso taurino, acompañados por los sones del pasodoble Sangre Torera, conocido como ‘Parapachumba’. Cuando los toros y los mozos llegan a las afueras de este municipio amurallado entran en escena los caballistas, quienes conducen a los astados hasta La Alcarria. Ya de madrugada, los toros regresarán a Brihuega y son trasladados desde la calle San Miguel hasta el corral de la Plaza de San Felipe, donde quedarán encerrados en un vallado.

A las 12:00 horas del día 17 los astados iniciarán una nueva carrera hasta La Muralla para su enchiqueramiento. Terminados los preparativos del festejo, que tendrá lugar esa tarde, los asistentes disfrutarán de una suelta de vaquillas para que no decaiga el ambiente festivo.

Asociación 16 de agosto

Estos encierros cuentan con el importante apoyo de la Asociación Taurina 16 de agosto. Este colectivo nació para “apoyar, cuidar y promocionar el encierro del 16 de agosto de Brihuega tal y como es, un encierro único y singular que está declarado de Interés Turístico Regional. Persigue preservar fielmente la esencia que caracteriza al encierro de Brihuega desde hace siglos. Entendiendo que el encierro del 16 de Agosto es una tradición tan fuertemente arraigada que tiene arrestos para defenderse sola, pero considerando necesaria una asociación que la respalde, y tanto más con tanta ignorancia irrespetuosa acechando hoy en día”. El 28 de julio de 2009 se le otorgó a los encierros de Brihuega el citado título de Bien de Interés Turístico Regional por la Junta de Castilla-La Mancha.